Mi diario (Lina D'Avino)
Como todos los viernes me volvía a Sevilla a ver a mi familia con el avión de las seis y cuarto de la tarde. Fui al aereopuerto con mis maletas y regalitos para mis hermanitos. El avión salió puntual y al principio el viaje parecía ser bastante tranquilo: el piloto nos dio la bienvenida y la azafata pasò con su carretilla de periódicos…Me puse a hablar con una chica a mi lado de nombre María, una profesora de español que estaba de viaje a España con sus alumnos, y justo en ese instante acababa de decirme que a su alumna Beatriz no le gustaba nada volar, cuando el avión empezó a temblar. Pensé en una simple perturbación, pero el temblor se hacía cada vez más fuerte. La azafata nos advirtiò que había un daño al motor y nos aconsejó que estuviéramos tranquilos. Pero vi que la chica a mi lado empezaba a sudar y llorar presa de una crisis de pánico. La azafata trató de calmarla pero Beatriz se iba agitando cada vez más. El piloto nos dijo que pronto habría un aterrizaje de emergencia y afortunadamente fue así : nos aterrizamos en un pequeño aereopuerto todos sanos y salvos. Al final la azafata dió a Beatriz un tranquilizante aunque, para ella, tocar suelo fue la mejor medicina.
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