Una foto:
Siempre miro esta foto con mucho gusto. Aquí tenía dieciocho años. Yo soy la chica cerca de Papá Noel, con la mano izquierda apoyada en la cintura de la muchacha con el jersey blanco. Ella es mi prima María, en cambio la chica con el jersey azul es mi amiga Teresa. Estábamos de vacaciones en Islanda y aquí, como se entiende, estábamos en casa de Papá Noel, sentadas junto a él. Papá Noel sólo hablaba islandés, así que lo único que entendíamos era su carcajada sonora. Llevaba un gorro rojo de lana que le llegaba hasta la cintura, la barba blanca era aún más larga. Cuando estaba de pie le llegaba casi hasta las rodillas. Llevaba unas botas negras y rojas muy grandes y unos pantalones negros. Nosotras por supuesto nos pusimos los típicos gorros rojos de Papá Noel. Me acuerdo que todo era tan acojedor, en especial el salón, donde nos hicieron la foto. Había un árbol de Navidad de más de dos metros adornado con pelotas rojas, plateadas y campanillas... y debajo no podían faltar los regalos. En la chimenea resaltaba una olla negra muy grande. A la derecha de la chimenea había un globo de madera que parecía ser antiguo. Quizás el globo con el que Papá Noel decidía su recorrido la nochebuena.
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